Todo esto me lleva a la conclusión de que desear suerte a las personas, no sirve para nada porque te va a abandonar, sólo queda decir que hay que aprovechar cada momento, cada asegundo de tu vida, porque puede que hoy mismo estés rodeada de personas que te quieren y de aquella persona sin la cual no podrías vivir, pero tal vez mañana ya no lo estén.
Hay que aprender a vivir con ello porque no siempre van a estar ahí, y tendrás que guiarte tu misma sin importarte lo que piensen, digan o sientan los demás. Todos tenemos una razón por la cual sentirnos felices, pero cuando esa razón se nos va, ¿qué nos queda? Simplemente el recuerdo, y el seguir adelante porque es lo único que queda por hacer, por muy difícil que sea ese camino. Algunas cosas no tienen vuelta atrás, y otras pueden tener el final que tu quieras darle, un final trágico, en el que te sientes como si te clavaran una daga en el corazón del cual no puedes volver a vivir como antes, o un final feliz, de los inexistentes, en el que te sientes la chica más feliz de la tierra, en el que te sientes querida, porque estás con la persona con la que quieres estar, y todo es perfecto, pero todo acaba saliendo mal porque en esta vida, nada sale bien. Sólo me queda decir, que los que estéis pasando por un mal momento, no abandonéis esa lucha diaria para conseguir un motivo de alegría, tener la esperanza de que algún día esos problemas se podrán solucionar, porque no hay nada en esta vida que no se pueda solucionar o arreglar, sólo un corazón roto, eso, eso es imposible de arreglar.
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