viernes, 14 de agosto de 2015

Desastre.

Como un tren vacío sin destino, sin saber dónde o cuando parará, 
como un parque sin niños, 
un verano sin sol,
sin los amigos,
como una vida sin ti.

Como cuando despiertas y algo te falta,
algo que falla,
como el día a día. 

La necesidad de una sonrisa,
puede que su sonrisa, 
y su "buenos días"
las pequeñas cosas, 
marcaban la diferencia.

Una ciudad sin magia,
pero por muchos rincones,
lejos,
y el tuyo era mi favorito.

El primer hola,
a medio camino de una despedida,
el primer y ultimo abrazo,
una mirada que nunca se olvida.

Y aún estando casi en el final,
siempre será mi lugar favorito,
mi pequeño salvavidas 
de este pequeño desastre al que llaman vida.

Desastre que era bonito, 
porque era él quien lo recomponía.