Perdí porque soy yo la que te echa de menos.
Perdí porque me usaste y yo te dejé, ni siquiera me queje.
Perdí porque yo me interesaba en nosotros y en lo que pasaría después.
Perdí porque seguí ahí, con tus malas formas y tus cambios de humor, tus ganas de querer un día, y tus ganas de dejarme al otro.
Perdí porque te fuiste y yo me quedé.
Perdí porque pensé más en ti de lo que debería, e incluso de lo que mereces.
Perdí porque yo soy la que no come, duerme o hace otra cosa más que pensar en el por qué.
Perdí porque soy yo la que llora.
Perdí porque no podía dejarte ir.
Perdí porque dejé todo y a todos por ti, sin pensarlo.
Perdí porque sigo queriendo llamarte pero tú seguirás sin responder.
Perdí porque dejé que mi estado de ánimo dependiera de ti.