domingo, 15 de noviembre de 2015

Yo no, sino tú.

A lo largo de nuestra vida pasan millones de trenes, 
aquellos que deseas que lleguen,
aquellos que llegan y no te atreves a subir por miedo, 
aquellos que nunca llegan a pasar,
y luego están aquellos que llegan, 
que se van,
y deseas que nunca más vuelvan a pasar.

Provocó dolor, 
y no por dejarlo pasar,
sino porque llegó, 
lo puso todo patas arriba, 
hizo que nunca quisiese bajar de él
y un día éste me echo sin permiso,
y se fue. 

Yo no te he perdido,
tú me has perdido,
lo has perdido todo,
incluso a ti mismo
y si alguna vez yo he perdido algo 
ha sido el tiempo.

Y no me arrepiento,
por supuesto que te echo de menos,
o al menos le echo de menos,
a quien solías ser, o decías ser, quiero decir.
Elegiste el mal camino,
esta vez estás solo,
no le eches la culpa a nadie de tus actos,
es lo que tiene hacer daño a los demás,
a quien te lo da todo, 
al final, acabas solo.

Lo siento por quererte,
lo siento por saber de ti,
por querer cumplir mis promesas,
por querer que seas feliz.

Yo no soy tú,
y tú nunca serás como yo.

Aprenderás tarde, 
te darás cuenta de todo,
y ese día,
te harán daño a ti,
y lo echarás de menos.

Lo siento, 
siento querer que no vuelvas,
pero me quiero más a mí misma gracias a ti.

Ojalá un día aprendas a luchar por lo correcto 
y no abandonar por tener miedo a fracasar,
por lo que puedan hablar,
mientras tanto, 
no eres más que un cobarde y tendrás que vivir con ello.