Escapar.

Que me he quedado vacía, que te has llevado esa sonrisa que solo tú provocabas y con ella todas mis fuerzas; Que ya no las quiero, que ya no quiero nada, que por sentir ya ni me siento a mi misma, no siento nada.

Que lo único que necesito es salir corriendo a buscarte, encontrarte y decirte que te echo de menos; que parece estúpido hacerlo pero no encuentro los pequeños detalles, me falta ese 'algo' que me hacía seguir adelante aunque todo estuviese lleno de piedras. 

Me faltas tú. Te fuiste y te lo llevaste todo contigo.
Y ya no quiero escribir, gracias a ti todo me hace daño.

Que lo único que quiero es escapar, despertar de esta pesadilla; mi propia vida.
Y ojalá hubieses tenido razón pero nunca he sido fuerte, nunca fui suficiente ni nunca conseguí llegar a ser todo lo que podría haber sido.

Te echo de menos y por no hacerte daño a ti, me lo hago a mi, escondo las lágrimas en la almohada, finjo una sonrisa de cara a los demás pero por dentro solo hay pedazos que no quieren ser reconstruidos. 
Se suponía que eramos tú y yo contra el mundo, pero ahora estoy yo sola y se me ha venido encima y me está asfixiando.

Siempre pierdo yo

Perdí el día en el que te escribí buscando una respuesta, buscando un por qué y no obtener respuesta, me dejaste como si fuera nada, y no tuviste la decencia de explicarme por qué.


Perdí porque soy yo la que te echa de menos.


Perdí porque me usaste y yo te dejé, ni siquiera me queje. 


Perdí porque yo me interesaba en nosotros y en lo que pasaría después.
Perdí porque seguí ahí, con tus malas formas y tus cambios de humor, tus ganas de querer un día, y tus ganas de dejarme al otro.


Perdí porque te fuiste y yo me quedé.
Perdí porque pensé más en ti de lo que debería, e incluso de lo que mereces.
Perdí porque yo soy la que no come, duerme o hace otra cosa más que pensar en el por qué.


Perdí porque soy yo la que llora.


Perdí porque no podía dejarte ir.


Perdí porque dejé todo y a todos por ti, sin pensarlo.


Perdí porque sigo queriendo llamarte pero tú seguirás sin responder.


Perdí porque dejé que mi estado de ánimo dependiera de ti.

Yo no, sino tú.

A lo largo de nuestra vida pasan millones de trenes, 

aquellos que deseas que lleguen,

aquellos que llegan y no te atreves a subir por miedo, 

aquellos que nunca llegan a pasar,

y luego están aquellos que llegan, 

que se van,

y deseas que nunca más vuelvan a pasar.

Provocó dolor, 

y no por dejarlo pasar,

sino porque llegó, 

lo puso todo patas arriba, 

hizo que nunca quisiese bajar de él

y un día éste me echo sin permiso,

y se fue. 

Yo no te he perdido,

tú me has perdido,

lo has perdido todo,

incluso a ti mismo

y si alguna vez yo he perdido algo 

ha sido el tiempo.

Y no me arrepiento,

por supuesto que te echo de menos,

o al menos le echo de menos,

a quien solías ser, o decías ser, quiero decir.

Elegiste el mal camino,

esta vez estás solo,

no le eches la culpa a nadie de tus actos,

es lo que tiene hacer daño a los demás,

a quien te lo da todo, 

al final, acabas solo.

Lo siento por quererte,

lo siento por saber de ti,

por querer cumplir mis promesas,

por querer que seas feliz.

Yo no soy tú,

y tú nunca serás como yo.

Aprenderás tarde, 

te darás cuenta de todo,

y ese día,

te harán daño a ti,

y lo echarás de menos.

Lo siento, 

siento querer que no vuelvas,

pero me quiero más a mí misma gracias a ti.

Ojalá un día aprendas a luchar por lo correcto 

y no abandonar por tener miedo a fracasar,

por lo que puedan hablar,

mientras tanto, 

no eres más que un cobarde y tendrás que vivir con ello.

Desastre.

Como un tren vacío sin destino, sin saber dónde o cuando parará, 

como un parque sin niños, 

un verano sin sol,

sin los amigos,

como una vida sin ti.

Como cuando despiertas y algo te falta,

algo que falla,

como el día a día. 

La necesidad de una sonrisa,

puede que su sonrisa, 

y su "buenos días"

las pequeñas cosas, 

marcaban la diferencia.

Una ciudad sin magia,

pero por muchos rincones,

lejos,

y el tuyo era mi favorito.

El primer hola,

a medio camino de una despedida,

el primer y ultimo abrazo,

una mirada que nunca se olvida.

Y aún estando casi en el final,

siempre será mi lugar favorito,

mi pequeño salvavidas 

de este pequeño desastre al que llaman vida.

Desastre que era bonito, 

porque era él quien lo recomponía.

Recuérdala.

Recuérdala cuando pienses en lo feliz que eras, en las sonrisas que te sacaba cuando mas en la mierda te encontrabas; recuérdala como aquella persona que te quiso mas que a ella misma, más que a ningún otro que pudiese aparecer en su vida; recuérdala, cuando en tus peores días, por las noches ella se convertía en tu salvavidas, para que tus pesadillas, fueran las suyas; recuérdala, chico, porque ella te quiso como tú nunca supiste hacerlo.

Música, palabras, las letras fluyen.

El cielo hoy está nublado, 
en mi mente hace tiempo que está lloviendo,
busco la calma,
el sol tarda,
se está escondiendo.

Silencio,
susúrrame al oído,
dime que todo va a estar bien,
arráncame las penas,
o la ropa.

Rodéame con tus brazos,
escondámonos bajo las sábanas,
investígame,
de norte a sur,
de este a oeste,
déjame ser esa chica diez,
esa que se sabe todos los rincones de tu cuerpo.

Tu boca frente a la mía, 
el mundo no existe,
somos dos en uno,
uno en dos;
aprieta el botón,
salgamos de aquí,
es hora de entrar en nuestro mundo.

Permíteme decirte,
que tu boca es poesía
y tu cuerpo la mejor de mis salidas.
Mis labios, una acción,
tú y yo,
escucha,
porque te demostrarán todo lo que he callado.

Dame 24 horas,
1440 minutos
y no sabremos lo que estamos haciendo,
aprovechemos el tiempo
y te demostraré que lo que parecía lejos
ahora no es mas que el comienzo,
o mas bien,
nuestro comienzo.

Espacio.

Dicen, que guardarse las cosas para uno mismo no es bueno pero a veces simplemente necesitamos espacio, ese espacio que pocas personas saben comprender, incluida yo misma.

Quizá es raro, pero siempre me ha gustado que los demás sepan que pueden contar conmigo y  cuando viene el momento de que tengan ese espacio me da por pensar que no cuentan conmigo, pero al igual que me pasa a mi, supongo que le pasa al resto de personas.

Que es normal, que aunque nos quieran ayudar a veces necesitamos estar solos, desaparecer unos días o simplemente que nos dejen tranquilos porque hay muchas situaciones que a más de uno nos superan; y es cierto, que aunque no se lo contemos a nadie más esto no quiere decir que no confiemos en ellos o que no queremos su ayuda, todo esto no tiene que ver con nadie, sólo contigo mismo y lo que tú necesitas.

Decidme, ¿A veces no sentís que todo os absorbe?, que los problemas pueden con vosotros, que quieres rendirte, que intentas una y otra vez y nada sale bien.

Es curioso, cuanto mejor intentas hacer las cosas peor sale todo, más problemas llegan, mas complicaciones y las cosas se vuelven mas difíciles. 

Cierto es que si no tuviésemos el apoyo de nuestros amigos y personas que nos importan todo sería mucho más complicado pero somos nosotros quienes a veces elegimos no tenerlo, a veces llega el momento en que te da por pensar y llegas incluso a dudar, ya no sabes quien es amigo y quien no, quien te ayuda por interés o porque de verdad le importas, ya no sabes quien te dice que te quiere simplemente para que te calles o porque te quiere de verdad, a veces es muy complicado llegar a conocer la verdad y sobretodo a las personas, pero no por esto deberíamos tener miedo, no todos y todo es siempre igual, es difícil, lo sé, pero deberíamos hacernos a la idea de que todo en la vida no puede ser malo y que aunque todo o la mayoría de las cosas que nos pasen sean malas no siempre va a ser así, existe en karma, ¿no? Yo al menos quiero pensar que existe y que todo antes o después llega, tanto para los buenos como para los malos, y si yo hoy sigo aquí a pesar de todo lo malo, y he tenido muchas cosas buenas, tú también. Estoy segura.