martes, 23 de julio de 2013

'Siempre, tus pequeñas cosas.'

Eran pequeñas tonterías, pero tuyas, cada vez que pasábamos alguna hora que otra sin hablar y sin venir a cuento me escribías un simple "te echo de menos"; cada vez que hablábamos de cualquier estupidez y me soltabas un pequeño "te quiero"; cuando nos poníamos a hablar de nuestras cosas y sin esperarlo leía un "eres la mejor"; cuando ambos sabíamos que eran palabras mayores pero aún así no pudimos más, ese puto "te amo" que pocas veces dijimos pero que lo decían todo; todas esas pequeñas tonterías que me hacían sonreír todos los días, tus putas tonterías. Tus "idiota" "boba" "tonta" "enana" que aún me siguen haciendo sonreír como el primer día, o incluso más. Tu forma en la que día tras días ibas tratando de aprender a ser mejor, más cariñoso, como la primera vez que me llamaste "amor"; tu forma en la que me pedías que te enseñara; tu forma en la que me prometiste que cada día serías un poco mejor para mi y lo cual ibas consiguiendo día tras día; tu forma en la que mostrabas miedo, miedo a perderme, un miedo que realmente no te llevaba a ninguna parte, ese miedo estúpido que yo también tenía. Todas esas noches, nuestras noches, contándonos nuestras tonterías, nuestros problemas, eran eso, nuestras, ojalá volvieran, ojalá. Todas esas veces en las que te mostrabas inseguro, todas esas veces en las que me permitías demostrarte que vales más que cualquiera de todos ellos, que eres más importante que ningún otro, aún lo mantengo. 

Puede que no siempre pudiésemos hablar, puede que no siempre tuviese tanto tiempo para hacerte el caso que sé que te mereces por mis problemas pero, ambos sabíamos que nos teníamos el uno al otro, para todo; ¿tú estás mal? yo me hundo y me parto el cuello para hacerte sonreír, aunque me cueste la vida; ¿estás feliz? sonreímos juntos y no dejo que eso se apague. Curioso, ¿verdad? Esa parte de la noche en la que nos intentábamos despedir pero siempre acabábamos con un "venga, sólo un ratito más" esa parte que me gustaría que nunca se hubiese ido. 

Es extraño, ninguno de los dos nos hemos ido pero parece diferente, totalmente diferente, y es cierto, te echo de menos, desde que me levanto hasta que me acuesto. Te necesito, aunque ni siquiera soy capaz de decírtelo. Te quiero, y creo que eso no me hace falta repetirlo, no he dejado de decirlo nunca y no dejaré de hacerlo ni en las buenas ni en las malas, nunca. Eres bastante mayor, un poco más que yo de hecho y aún así, eres mi enano, tú lo sabes. No dejo de tener ganas de ti, no quiero dejar de tener ganas y, resulta doloroso en su mayoría pero no puedo dejar de pensar en ti, en lo bueno que eras y eres para mi, en tus tonterías, en tus pequeñas "regañinas" o pequeños "consejos" que a veces duraban horas por mi culpa, en lo mucho que te has hecho de querer en tan poco tiempo que tampoco es poco, siete meses ni más ni menos. 

No dejo de pensar en las locuras que sería capaz de hacer pero que a veces no salen bien y que intento hacer, no dejo de pensar que si alguna vez no te hubiese conocido tal vez yo no estaría donde estoy ahora mismo y puede sonar bastante fuerte pero, he salido adelante en muchas cosas gracias a ti y por ello vales más que nadie en el mundo, aunque no me creas, aunque sientas lo contrario, vales mucho más que cualquier otro chico que haya intentado estar ahí, sólo tú podías y puedes con ello, sólo tú conseguías y consigues hacerme sonreír como la niña que era cuando tenía 6 años, si eso no es ser importante para alguien no sé qué es entonces. No eras ni eres el mejor, pero yo tampoco lo fui ni lo soy, a veces ni yo misma me entiendo pero somos humanos, somos reales y nos equivocamos y eso ambos lo hemos comprobado; puede que todo esto sean líneas sin sentido, que sean líneas que nunca lleguen a su destino o puede que lleguen pero sin sentido. 

Quédate con la idea de que nunca voy a irme de tu lado, ni aunque me intentases echar de tu vida lo haría, quédate con la idea de que soy una chica que no puede dejar de quererte, que te quiere y aunque tal vez no sea suficiente, como ninguna otra será capaz de hacerlo, al menos no de la misma manera en la que yo lo hago; quédate con la idea de que esta chica te diría mil veces "te amo" sin miedo y seguiría significando poco para ella, poco para lo que siente aunque para ti a lo mejor ya así no sea. Quédate con la idea de que te quiero, y que no hay más, no se puede explicar de otra manera más lógica porque no es siquiera lógico, porque querer y amar es una locura, porque todo es arriesgarse, seguir adelante y luchar por lo que se quiere. 

Aún con todo lo que he escrito, sólo quiero que te quedes con eso, dos palabras, ocho letras: TE QUIERO.

No hay comentarios:

Publicar un comentario